Vivimos tiempos convulsos que nos hacen tambalear. Es por eso que me gustaría compartir con vosotros la gran transformación que sufre el Águila Real para
poder seguir viviendo en total plenitud y libertad como símil de nuestra propia transformación.
El águila real llega a vivir hasta 70 años, sin embargo, cuando llega a la edad de 40, sus plumas se vuelven tan pesadas que no le permiten volar con agilidad. Su pico se vuelve tan encorvado que se lastima así mismo, y sus uñas son tan largas que no puede
sujetar bien a sus presas para alimentarse. Llegado este momento sólo tiene dos opciones: transformarse por completo y enfrentarse a un duro proceso de renovación o morir.
Su proceso de transformación consiste en pasar varios meses refugiado en lo más alto de las montañas, próximo a una pared, sin volar. Allí comienza a golpear su pico contra la pared hasta conseguir arrancarlo, después espera a que nazca un nuevo pico y arranca
sus viejas uñas. Cuando éstas comienzan a nacer, llega el momento de desprenderse de sus viejas plumas arrancándoselas con su nuevo pico. Y después de este periodo de varios meses, vuelve a tener un pico
fuerte y joven, plumas brillantes y uñas resistentes para volver a sujetar a sus
presas. El águila sale victoriosa surcando el cielo con vuelo renovado, glorioso y en total libertad.
A lo largo de
nuestra vida nos ocurre algo muy parecido. Llega un momento en el que debemos tomar la decisión de
continuar viviendo en estados de desesperanza, desidia o frustración abandonándonos, o bien renovarnos por completo, hacer balance y decidir cómo queremos vivir realmente a partir de ese momento.
El cambio es necesario en nuestras vidas, hemos de darnos la oportunidad de transformar nuestro viejo Yo en nuestro nuevo Yo, transformarnos en una nueva Humanidad más serena y concienciada.
¿Estás dispuest@ a tomar la decisión de transformarte
con total determinación?
Si me permites ... te acompaño